Colección Diagonal
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Nos encontramos en esta ocasión ante un libro que nos ha removido para bien o para mal, según las opiniones que nos ha suscitado. Desde luego, no nos deja indiferentes y, aún reconociendo los valores positivos de la obra, en ocasiones ha resultado hasta desagradable para algunas lectoras. Para algunas, la sensación es la de que el libro es un gran caldero de bruja en el que la autora ha ido metiendo todo lo oscuro. Sin embargo, a otras nos ha parecido un divertimento por la imaginación, la forma de narrar, la escatología…
Es una novela muy estructurada aunque a veces pueda aparentar un cierto caos. Cuando empieza a dar datos históricos te metes más en un escenario diferente, aunque desde nuestro punto de vista, abarca un periodo histórico demasiado largo. También nos parece que, a veces, es un poco reiterativo y se repite.
Tiene referentes claros en la construcción de la novela, ya que transcurre en su solo día (por ejemplo, Las olas de Virginia Woolf)
Respecto al espacio geográfico, la zona de montaña se describe como aislada, falta de cultura, endogámica.
Los personajes se debaten en la lucha entre el bien y el mal. Su personalidad está muy bien caracterizada. Curiosamente, los personajes masculinos no se salvan mientras que los femeninos sí. Los animales y plantas son los que tradicionalmente se atribuyen al diablo pero a las personas las trata como si también fueran animales. Te da qué pensar porque los seres humanos no dejamos de ser animales. La casa es tratada como un organismo vivo pero incompleto, ya que no tiene corazón.
Entre los temas que se tratan son las relaciones matrimoniales, las relaciones entre padres e hijos, el amor, la sexualidad, las comunidades de mujeres.
El tema de la tradición popular está muy presente a través de las propias historias y cuentos (que en muchos casos provienen de leyendas de la zona), de la medicina y el curanderismo, de las recetas. Podríamos decir que la inclusión de las recetas da un respiro a la narración, equilibran la realidad y la imaginación.
Tiene una forma de escribir y de contar las historias que nos ha gustado. La autora está continuamente provocando al lector y no cabe duda de que no le deja indiferente.
Nos encontramos en esta ocasión ante un libro que nos ha removido para bien o para mal, según las opiniones que nos ha suscitado. Desde luego, no nos deja indiferentes y, aún reconociendo los valores positivos de la obra, en ocasiones ha resultado hasta desagradable para algunas lectoras. Para algunas, la sensación es la de que el libro es un gran caldero de bruja en el que la autora ha ido metiendo todo lo oscuro. Sin embargo, a otras nos ha parecido un divertimento por la imaginación, la forma de narrar, la escatología…
Es una novela muy estructurada aunque a veces pueda aparentar un cierto caos. Cuando empieza a dar datos históricos te metes más en un escenario diferente, aunque desde nuestro punto de vista, abarca un periodo histórico demasiado largo. También nos parece que, a veces, es un poco reiterativo y se repite.
Tiene referentes claros en la construcción de la novela, ya que transcurre en su solo día (por ejemplo, Las olas de Virginia Woolf)
Respecto al espacio geográfico, la zona de montaña se describe como aislada, falta de cultura, endogámica.
Los personajes se debaten en la lucha entre el bien y el mal. Su personalidad está muy bien caracterizada. Curiosamente, los personajes masculinos no se salvan mientras que los femeninos sí. Los animales y plantas son los que tradicionalmente se atribuyen al diablo pero a las personas las trata como si también fueran animales. Te da qué pensar porque los seres humanos no dejamos de ser animales. La casa es tratada como un organismo vivo pero incompleto, ya que no tiene corazón.
Entre los temas que se tratan son las relaciones matrimoniales, las relaciones entre padres e hijos, el amor, la sexualidad, las comunidades de mujeres.
El tema de la tradición popular está muy presente a través de las propias historias y cuentos (que en muchos casos provienen de leyendas de la zona), de la medicina y el curanderismo, de las recetas. Podríamos decir que la inclusión de las recetas da un respiro a la narración, equilibran la realidad y la imaginación.
Tiene una forma de escribir y de contar las historias que nos ha gustado. La autora está continuamente provocando al lector y no cabe duda de que no le deja indiferente.
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978-84-19275-20-2
978-84-08-17611-4
978-84-08-27845-0
“Lenta y ágilmente, la alta figura se abre paso hacia mí. Sus brillantes ojos de color azul grisáceo, enmarcados por las pestañas negras, brillan en la bruma. Se acerca y, ya a mi lado, me toma de la mano.
– Soy Milena de Praga –me dice en voz baja.
Y cuenta su historia”
SOY MILENA DE PRAGA es la novela que hemos comentado en la última reunión de la Tertulia de autoras de la Librería Diagonal de Segovia. Nos ha gustado mucho la forma en que la autora nos introduce en la historia; nos parece original e interesante.
Milena se nos presenta como una mujer “dependiente” de los hombres (pasa del dominio de su padre al de su marido, etc.) pero que irá aprendiendo a separarse de la influencia masculina a lo largo de su vida, consiguiendo hacerse un lugar en un mundo de hombres (por ejemplo, en el periodismo). Vivirá sus relaciones amorosas según sean las circunstancias, como en el campo de concentración donde la relación amorosa parece idílica a pesar del contexto.
La historia está contada por una mujer que va construyendo su libertad, evolucionando. La vemos a través de los ojos de sus amigos de Viena y nos muestran a una Milena sencilla, positiva, que no enmascara sus complejos... Ella se ve a sí misma también como una mujer sencilla, moderada, con confianza y comprensiva. Y es que SOY MILENA DE PRAGA nos habla de evoluciones, de las personales de la protagonista, de las de la sociedad (fin de los imperios, construcción de los nuevos estados y nacionalismos, revoluciones, posguerra, crisis, nazismo...)
Muy interesante es la descripción de la evolución cultural de Praga y de Viena (los cafés, las vanguardias). A este respecto, nos ha gustado mucho la parte que narra la relación con Kafka. Ahí se muestra a una mujer que necesita el afecto y que le reconozcan lo maravillosa que es. Ambos sienten a veces esa “extranjería” de no ser ya de ninguna parte, un poco inadaptados.
Hay una faceta de Milena que es muy intensa: su deseo altruista de ayudar a los demás, que se ve plasmado en la ayuda a los judíos en Praga o a sus amigos. O en el campo de concentración.
Vemos también a una mujer muy comprometida políticamente. Hace una crítica muy fuerte del comunismo, refleja cómo los intelectuales de la época se decepcionaron al conocer el comunismo en Rusia.
Es muy curioso cómo relata el final, ya que en vez de ser visitada por sus muertos para que la acompañen, ella crea a “sus vivos”, relata lo que va viendo que es más bien la presencia de los que quiere tener a su lado.
Respecto al estilo narrativo, la autora está muy contenida. Por ejemplo, en la parte del campo de concentración, no se recrea en lo escabroso. En algunos momentos, parece que el libro no es narrativo, que son pinceladas, no se regocija en lo feo.
SOY MILENA DE PRAGA es una novela que nos ha gustado especialmente y que nos ha permitido poder hablar y, como siempre, aprender de los comentarios de las participantes.