Tango tenía cinco meses cuando me adoptó. Él no me eligió porque la familia, como todos sabemos, no se elige, pero me aceptó con mucho cariño. Yo debía protegerle, pero en realidad siempre fue Tango el que cuidó de mí. Eso es una familia: seres que se cuidan y se quieren. Y Tango, por suerte, siempre será la mía.
Opiniones
Opiniones
No hay comentarios, sé el primero en comentarValoración media
¿Has leído este libro?
Valóralo y comparte tu opinión con otros usuarios
Escribir mi opinión