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Estamos ante una magnífica e inusual ofrenda al juicio y a la posterior muerte del maestro griego Sócrates, escrita por Platón, que pone en su boca una hermosa defensa basada en la verdad y en sus sublimes virtudes como orador persuasivo y elocuente. Sócrates debe defenderse sutilmente frente a un jurado ateniense, acusado de corromper a los jóvenes discípulos que le seguían en su época, de irreligiosidad y de despreciar a los dioses. Podemos disfrutar aquí del magnífico discurso de defensa (apología) que Sócrates pronunció ante los jueces, así como del diálogo que mantiene en prisión, una vez condenado a muerte, con su más allegado amigo, donde acepta con ejemplar serenidad la sentencia que le ha sido impuesta.
Ningún otro filósofo ha despertado nunca la veneración que despertó Platón.
Discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, fue considerado un médico del alma inmortal, el filósofo por excelencia y, para muchos, hasta el origen de la misma democracia.
Platón (Atenas, 427 - 347 a. C.) fue un filósofo griego que, junto a su maestro Sócrates y su discípulo Aristóteles, es considerado uno de los grandes pensadores de la tradición filosófica europea. La obra de Platón, radicalmente novedosa en su elaboración lógica y literaria, estableció una serie de constantes y problemas que marcaron el pensamiento occidental más allá de su influencia inmediata, que se dejaría sentir tanto entre los paganos (el neoplatonismo de Plotino) como en la teología cristiana, fundamentada en gran medida por San Agustín. Nacido en el seno de una familia aristocrática, Platón abandonó su inicial vocación política y sus aficiones literarias por la filosofía, atraído por Sócrates. Fue su discípulo durante veinte años y se enfrentó abiertamente a los sofistas (Protágoras, Gorgias). Tras la condena a muerte de Sócrates (399 a. C.), huyó de Atenas y se apartó completamente de la vida pública; no obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado. En el año 387 fundó una escuela de filosofía, situada en las afueras de Atenas, junto al jardín dedicado al héroe Academo, de donde procede el nombre de "Academia". En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado que la filosofía englobaba la totalidad del saber, hasta que paulatinamente fueron apareciendo (en la propia Academia) las disciplinas especializadas que darían lugar a ramas diferenciadas del saber, como la lógica, la ética o la física. Pervivió más de novecientos años y en ella se educaron personajes de importancia tan fundamental como Aristóteles.
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