A Catalina no le gustan las despedidas. Siente algo raro en el corazón y en la tripa cada vez que se va el invierno, se vuela su globo, pierde un diente o su papá apaga la luz por...
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A Catalina no le gustan las despedidas. Siente algo raro en el corazón y en la tripa cada vez que se va el invierno, se vuela su globo, pierde un diente o su papá apaga la luz por la noche, pero comprenderá que algunas cosas deben marcharse para que otras igual de divertidas y reconfortantes puedan llegar.
Esa angustia que la niña siente cada vez que tiene que separarse de algo o de alguien, se calmará al comprobar que los adioses son necesarios para dejar lugar a otros momentos o sentimientos tan naturales, hermosos o importantes como los anteriores.
Este es un álbum con una propuesta original en su forma de narrar. La autora utiliza las palabras en unas páginas y en otras, un guion que expresa en silencio lo que ocurre. La ilustradora interpreta esta estructura con excelencia, haciendo alarde de una estética audaz y de impactantes colores.
Un libro que ayudará a los niños a enfrentarse con emociones tan complejas como el cambio, el crecimiento, las pérdidas, las despedidas y la aceptación de lo nuevo e inesperado.
Nadie querrá terminar este álbum que, afortunadamente, se instalará en los hogares y los colegios para poder comenzar su lectura una y una vez.
Gabriela Keselman nació en Buenos Aires (Argentina), un lugar precioso que queda al otro lado del océano.
Desde que aterrizó en Madrid, hace ya muchos años, se dedicó a la creatividad infantil: talleres, teatro, revistas para niños, etcétera.
Durante once años trabajó en la redacción de la revista «Ser Padres Hoy», desde la que ayudó a las mamás y a los papás a elegir los mejores libros para sus hijos.
Ha escrito muchos libros para los niños, entre los que se encuentra «¿Quién ha robado mi trono?», publicado en la colección Chiquicuentos de esta editorial.
Gabriela Rubio nació en 1966 en unas islas del continente africano que quedan muy cerca del Trópico de Cáncer: las Canarias. De pequeña, era extremadamente tímida y muy buena estudiante, pero nunca soñó, ni de lejos, con ser escritora. Y menos aun con que sus lectores fueran los más exigentes y difíciles (aunque también los más gratos) que un escritor puede tener. Ahora se siente muy afortunada por escribir para niños, charlar con sus lectores en las aulas y dar clases de ilustración ya que, además de escritora, Gabriela es ilustradora, profesora de ilustración y directora de un curso en el que enseña a otras personas a ilustrar libros como este que tienes en tus manos. A lo largo de su carrera ha ganado importantes premios y reconocimientos. También ha tenido varios coches y animales, aunque pese a ser uno de sus predilectos nunca un elefante. Podéis averiguar más sobre ella visitando www.gabrielarubio.com
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