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Este es un recorrido por los derechos humanos en la vejez y, concretamente, por los derechos de las mujeres, sintetizados en tres principios que a Anna Freixas le parecen fundamentales en la edad mayor: la libertad, la justicia y la dignidad. Por tanto, estos apuntes de supervivencia están pensados para la nueva generación de viejas que van estrenando libertades, para las que mantienen su dignidad, para las ancianas que mientras se desplazan por el calendario son capaces de escudriñar la vida y las relaciones cotidianas con perseverancia y agudeza. Este libro pretende ser una reflexión y un divertimento sobre un surtido de pequeñas cosas que en este momento de la vida nos la pueden amargar o, por el contrario, hacérnosla más fácil. Una especie de foco para iluminar situaciones de la vida cotidiana que creemos tan normales que no las consideramos importantes y que, sin embargo, constituyen el grueso de la discriminación y el rechazo social hacia las personas mayores, únicamente por el hecho de serlo. Freixas también trata de visibilizar determinados factores que consolidan los estereotipos que la sociedad tiene sobre las veteranas. Yo, vieja es un canto a la libertad y al desparpajo; a la vejez confortable y afirmativa. Con la pretensión de que entre todas consigamos vivir una edad mayor elegante, relajada y firme.
Escritora feminista y profesora de universidad jubilada española. Se licenció y doctoró en Psicología en la Universidad de Barcelona, donde desarrolló los primeros años de su actividad docente. En 1981 llegó a Andalucía, al ingresar en la Universidad de Córdoba. Sus líneas de investigación han versado sobre el envejecimiento de las mujeres, coeducación y feminismo, y la evolución de la investigación y docencia en Psicología desde una perspectiva de género. Ha tenido aportaciones pioneras para el desarrollo de la gerontología feminista en España.
Yo, vieja es un ensayo divulgativo en el que se trata fundamentalmente de las mujeres en la vejez, lo que supone una gran novedad ya que se les suele ignorar. Su subtítulo “Apuntes de supervivencia para seres libres” nos da ya una pista de hacia dónde se va a dirigir la autora. Comienza con unos poemas escritos por Marisa Calero y Juana Castro y un prólogo de Manuela Carmena. Este libro nos ha dado pie para hablar bastante sobre el tema y nos ha permitido destacar y discutir muchas ideas interesantes, como las que siguen.
Entre las intervenciones de las participantes en la tertulia, se destacó que el tema fundamental de este libro es la dignidad, empezando por la dignidad de uno mismo. En primer lugar, aceptar lo que eres y, a partir de ahí, construir la parte de vida que te queda. Hay que reconocer que vales y puedes hacer muchas cosas, aceptando las limitaciones (no todo el mundo es capaz de lo mismo, pero eso ocurre en todas las edades).
La autora reivindica la utilización de “vieja” en vez de anciana, mujer mayor, etc. No todas estábamos de acuerdo en este tema, ya que pesa mucho el reconocimiento social del lenguaje y cómo lo interpreta la sociedad.
Nos parece muy importante reivindicar el hacer las cosas que realmente apetezca hacer, saber decir que no, saber dónde están los derechos de cada una, que cuando una anciana no quiera hacer algo, no se vea obligada a ello.
Cambia mucho por la mentalidad de las personas y la educación. Hay mujeres que consideran que, como no han estudiado, no valen. A este respecto, el debate se centró en las diferentes formas de vivir la vejez que nos proporciona la vida que hayamos tenido antes. Precisamente, una de las ideas que reivindica este ensayo es que las mujeres, hayan tenido estudios, éxito social, vida social, etc. o no, puedan disfrutar de una vejez elegida y no se vean abocadas a hacer lo que les digan los hijos o las instituciones.
A lo largo del libro incide en las cuestiones sociales, del lenguaje y del trato.
Hay una serie de conceptos que aparecen en el ensayo y que nos han parecido muy interesantes: generatividad, sororidad, edadismo.
Otro aspecto importante en el libro es el feminismo, a veces con un planteamiento radical pero necesario.
También se debatió sobre la necesidad de un cambio político en cuanto a los sistemas de protección, sociales, ayudas, etc.
El hábitat también es importante: dónde queremos vivir. La ciudad no facilita las cosas para las personas mayores: problemas de movilidad, de transporte, etc. Y las residencias no son siempre las opciones más interesantes. La mayoría de las mujeres mayores (y de los ancianos en general) preferirían seguir viviendo en sus casas y la sociedad no habilita sistemas adecuados para garantizar ese servicio.
La soledad es otro de los temas que impactan. La soledad no elegida, el tema de las personas que mueren solas y nadie se entera hasta mucho después. Las ciudades más grandes tienen más oferta para relacionarse entre mujeres mayores, aunque el problema de la movilidad a veces impida disfrutar de esa ventaja. También hay excursiones y viajes que se organizan para que las mujeres mayores (y también los hombres) puedan relacionarse.Otro tema que nos ha parecido interesante es el de la publicidad y cómo dibuja a las mujeres mayores. Como dice la autora, la imagen que se da de las viejas es casi siempre peyorativa, las retrata como personas incapaces, muy deterioradas o casi inútiles.
Uno de los temas que nos interesó bastante es el lenguaje que se utiliza para referirse a las mujeres viejas, “nuestras mayores” o “abuelas” utilizado así, de forma genérica, tengan nietos o no. Es una forma de “dominar” o hacer parecer más débil a las mujeres.
Hoy en día la vejez está mal vista, ya no se respeta a los mayores por su sabiduría, como era antes. El tema de la falta de respeto está presente en la sociedad en general pero se explicita de una forma más señalada entre las mujeres viejas.
Respecto a la sexualidad, la sociedad no la considera para los mayores y, menos aún, para las mujeres. Parece un tema tabú y, sin embargo, está presente y es muy importante en la vida de todas las personas, tengan la edad que tengan. Esta reivindicación nos pareció muy necesaria.
En definitiva, en Yo, vieja, Laura Freixas realiza un estudio valiente y reposado de la situación de las mujeres en la vejez, con un formato de ensayo de lectura asequible y en el que nos han gustado mucho los “consejos” (nunca llamados así –iniciativas, inspiraciones, argucias, insinuaciones, sugerencias, trucos...-) que conforman pequeñas listas-resumen de lo que se ha tratado en cada capítulo pero aplicado a la vida.
Reseña realizada por MARGARITA SANZ LOBO
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